La importancia de llamarse The Last of Us
Cortito y a la ingle.
En inglés, hay expresiones que significan lo mismo en plural y singular. Frases que en nuestro querido castellano precisan de dos expresiones distintas, una para el singular y otra para el plural, en el simplote inglés se ahorran en una sola.
A veces, esta ubicuidad idiomática, al parecer limitante, da la oportunidad de significar varias cosas en una sola frase.
Poderosa y con eco. Reconocible en pocas letras.
Cuando Naughty Dog decidió bautizar a su última superproducción en esta generacion de PlayStations como:
THE LAST OF US
en su idioma original inglés, dió la puntada inicial (o final, según desde donde se lo vea) a una serie de ingeniosas y potentes decisiones que tuvieron como objetivo (completamente alcanzado, por cierto) el de despedir esta séptima generación de consolas de videojuegos en una atísima nota.
Por qué tanto quilombo por el nombre? Me dirán.
Significa literalmente El Último de Nosotros,papá...
Si, significa eso mismo y esas cuatro lineas son aplicables también a:
- LOS ùltimos de nosotros, la raza humana, después de un evento cataclísmico que desvastó la sociedad mundial en número y degradó (o magnificó) a sus últimos integrantes a decisiones desesperadas.
- EL ÚLTIMO DE NOSOTROS DOS, o sea, los protagonistas, el maduro Joel, sobreviviente del mundo de antes y Ellie, una pre adolescente nacida en este después y que no conoce otra cosa. Sobrevivirán a esta aventura ambos? Quién será el último? Terminarán este viaje como las personas que lo iniciaron?
- LO ÚLTIMO DE NOSOTROS. Lo que quedará de nuestras fuerzas, seguramente, cuando suframos y lloremos por 20 horas + con este blu ray hasta el final de la historia (y antes de enviciarnos con el multiplayer).
- EL ÚLTIMO CAÑONAZO DE PS3, el último de nosotros, los juegos hechos en casa Sony para tu Play, esa que bancaste desde el principio y hasta el final y, siendo más abarcativo y dejando de lado cuestiones corporativas y de fanboys pelotudos, el último (o uno de los últimos) de los grandes juegos de estos años, los que definen una época en la cual, por primera vez, jugamos en televisores planos, en HD, hiperconectados a internet y tirotéandonos en línea por horas. Donde la experiencia de jugar se nos acercó más a la piel que nunca, gracias a guiones escritos con pasión, imágenes ultra realistas y expresiones faciales que asustan.
La canción del cisne (como le dicen en yankiland para significar el último suspiro de algo que se termina) de tu Procesador Cell.
Aunque seguramente estemos ante el Juego del Año, según MUCHA de la gente que sabe, que tuvo la fortuna de jugarlo y analizarlo, no es la idea de este artículo el chorear el morro subiéndonos a lo que pensó del juego el gordito de IGN y tirar chorros de tinta virtual hablando de una experiencia que aún no disfrutamos (el juego sale en una semana al tiempo de este artículo), sino solo el dar testimonio de un título que, de tan potente, motiva toda esta sarta de sentimentalismo bloguístico.
Quien diría que, ironías de la vida, el Último de Nosotros, tendría pasta más que suficiente para ser el Primero de Todos Aquellos.
Estoy lloriqueando, nos vemos en el próximo artículo.
(No pidan PROS Y CONS acá. No aplica, papi)