Acorde a los tiempos

Tengo mas de treinta. No mucho mas, pero lo suficiente para mirar con vértigo la mitad de esta década que parece engullir horas como pastillas La Yapa (ven que tengo más de treinta?).

Y desde los locales de la costa, allá por la primavera alfonsinista, me gustan los juegos de video (NOTA: En este blogsito está prohibido referirse al 8ª arte como "Fichines". Es un nombre de mierda del que no sabe como describirle a otro adulto lo que significa un joystick y que las figuritas de la pantalla se mueven porque nosotros hacemos que se muevan. Desterremos el término idiota y continuemos).

Cualquiera sea el formato, la marca, el dispositivo que los haga posibles, los juegos de video (a partir de ahora VG) forman parte de mi panteón de pasiones intocadas por el paso del tiempo.

Y la pasión por estos artilugios me desvela, me ata, me produce goce.

Si. Goce.

Aunque la palabra no pueda sonar mas sexual y digna de un pervertido social.

Y como el goce me desborda, decidí armar un blogsete para vaciar mi pecho henchido de pasión y, tal vez y con su venia, compartirlo con todo el mundo al que le importa mas que sale la Play 4 y la Xbox One en unos meses que el dolar blue y el Papa Francisco envueltos en uno.

Para ustedes, los de los pulgares con callos y los "...si amor, ya voy a la cama en diez...", para los que se juntan a jugar no solo al PES o al FIFA sino que deciden pasar el ùltimo Resident Evil de la mano (somos open mind ante todo).

A por los Joysticks.